Deficiencia en la memoria, uno de los signos del deterioro cognitivo asociado al consumo de drogas

El consumo de drogas y otras sustancias psicoactivas provoca daños mentales, físicos, sociales y puede llegar a generar deterioro cognitivo.

Estas posibilidades pueden provocar dificultades en la socialización y las habilidades de la memoria y su capacidad operativa. Hay un punto a partir del cual el impacto de este consumo parece muy difícil de revertir, por mucho que se interrumpa de manera indefinida el consumo.

El consumo intenso y frecuente de drogas produce un impacto para el que el organismo no está preparado. En muchos casos, el entorno social no solo aparece como facilitador, sino también como motivador, normalizando o desvirtuando los efectos negativos del consumo. A veces, los problemas de los que la persona quiere salir terminan intensificándose.

En relación con la memoria, suele ser más comprometido el deterioro a mayor duración del consumo, con mayor impacto sobre la memoria de trabajo. Se pueden ver afectadas las funciones ejecutivas. Incluso las personas con una mayor duración de consumo de alcohol presentan una peor capacidad a la interferencia. Esto significa que muestran una menor inhibición a las respuestas automáticas. También se observa que poseen una atención alterante disminuida, necesitando más tiempo para realizar actividades que requieren un pensamiento lógico y secuencial.

La adicción se reduce a la búsqueda del placer o la reducción del malestar

En estos años se han planteado diversas definiciones sobre la adicción: “Es un tipo de relación establecida con un objeto. Una relación de apego de dependencia, de esclavitud, en la que el sujeto le adjudica el poder al objeto (adicto del latín, addicere: “asignar, adjudica), quedando atrapado en una pauta de relación dependiente”

Según la doctora Marina Perrone, directora de Fundación Desein, el sujeto desplaza la idea de poder al objeto (poder ser, hacer, sentir, decir), entendiendo que, a través de este, podrá manipular su estado de ánimo y resolver las diferentes adversidades o dificultades que le presente la vida.

Se construye una creencia subyacente: “no podrá evitar sufrir, aburrirse, o sentir malestar, sin el consumo de una sustancia”. Esta misma creencia lo esclaviza, ya que solo a través del consumo de ese objeto, persona o actividad, podrá lograr aquello que necesita o anhela. Por tanto, cuando hablamos de adicción, debemos comprender que las adicciones son diversas: codependencia, ludopatía, tecnofilia, drogadependencia, entre otras, teniendo esta última, la particularidad de los efectos que las mismas sustancias psicotóxicas provocan en el organismo.

El consumo de sustancias

El consumo de sustancias produce efectos asociados con cambios neuroquímicos y anatómicos, que están relacionados con deterioro cognitivo, generando alteraciones en diversos dominios neuropsicológicos, como la memoria episódica, procesamiento emocional y componentes ejecutivos en la toma de decisiones.

Si bien se entiende que la etiología de las adicciones es multicausal, interviniendo rasgos de personalidad, características familiares y sociales, así como, componentes genéticos y bioquímicos, esta búsqueda de placer o conducta de búsqueda (Craving), pone en evidencia ciertos patrones: un fallo recurrente en los mecanismos de control conductual y una continuación de la conducta a pesar de consecuencias negativas de gran magnitud.

La drogadependencia, asociada a estos cambios neuroanatómicos, provoca deterioro cognitivo de magnitud variable, por tanto, es algo que debe ser tomado en cuenta en los dispositivos de tratamiento, opina Perrone. Intervenciones que apunten a la rehabilitación de esas funciones, para la correcta integración de los pacientes a la vida educativa, social o laboral.

Cuáles son las funciones que se ven deterioradas con mayor frecuencia

Una investigación, de Fernández-Serrano MJ, Pérez-García M, Verdejo-García (2011), encuentra evidencia de alteraciones en diversos dominios neuropsicológicos: memoria, procesamiento emocional, toma de decisiones, alteraciones en el procesamiento espacial, velocidad perceptiva, atención selectiva; velocidad de procesamiento y planificación. Por supuesto, cada sustancia o grupo de sustancias se relaciona con daños específicos y aunque son pocos los estudios disponibles en adicciones conductuales sin drogas, también se registran deterioros cognitivos.

Por tanto, sugiere Perrone, es imprescindible incluir en el trabajo interdisciplinario, un diagnóstico amplio del paciente, en el que también esté integrado el estado de sus funciones cognitivas, vislumbrando que, a menor edad en el inicio del consumo, más deterioro en las funciones cognitivas.

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La terapia de rehabilitación cognitiva (TRC), un programa sistemático sustentado en entrenamiento en actividades didácticas, experienciales, procedimentales y psicosociales, está desarrollada con el objetivo de restaurar la adaptación cognitivamente afectada, incluyendo déficits en participación, autoconciencia y autodeterminación.

Trabajar en las habilidades sociales, emocionales y cognitivas como motivación, mayor cooperatividad, mayor capacidad de esfuerzo, perseverancia, beneficia los resultados a largo plazo, de la recuperación de las adicciones.

Cómo saber si tu hijo/a está consumiendo droga

Según la Fundación Desein, se recomienda observar las siguientes conductas y preguntarse:

  • Si está retraído/a, deprimido/a, cansado/a y descuidado/a en su aspecto personal.
  • Lo/a nota hostil y con falta de cooperación.
  • Cambió de grupo de amigos últimamente.
  • Dejó de ver bruscamente a sus antiguos amigos.
  • Tiene bajo rendimiento académico.
  • Ha perdido interés por los pasatiempos que antes lo/a gratificaban.
  • Ha cambiado sus hábitos de comer o dormir.
  • Tiene las pupilas dilatadas, los ojos colorados o utiliza colirios.
  • Tiene encuentros con desconocidos sospechosos.
  • Se ha enterado de que sus compañeros consumen drogas.
  • Su nariz gotea o sangra habitualmente.
  • En su casa faltan objetos o dinero.
  • Está más pálido/a, ha adelgazado notoriamente.

Si luego de repasar este cuestionamiento, se encuentra que tiene varias respuestas afirmativas, se puede suponer que la persona consume drogas o que está iniciándose.

Es importante que sea asistido por profesionales que conozcan la problemática y que puedan dar respuesta. Hay lugares gratuitos como los grupos de Alcohólicos Anónimos o Narcóticos Anónimos en los que los padres se pueden informar.

También hay numerosas fundaciones, que hoy trabajan con esta problemática y que pueden ayudar. Los tratamientos bien realizados son efectivos. No vale la pena echarse culpas, sí es importante no perder tiempo en la intervención.

En resumen, si bien, siempre se ha advertido de las consecuencias del consumo de sustancias, poder identificarlas tiene que hacernos reflexionar acerca de la situación actual, en relación con la naturalización del consumo de sustancias en nuestra sociedad.

Dejar de contemplar este aspecto tan preocupante, sobre todo en la población de los más jóvenes, en una etapa de desarrollo cognitivo, puede causar un incremento de trastornos en el desarrollo normal de sus funciones cognitivas y por tanto déficit a corto o mediano plazo.

(*) Mariela B. Caputo es Lic. en Psicopedagogía (M.P. 199.685), Máster en Neuropsicologogía, investigadora del doctorado de la Facultad de Medicina UBA, especialista en Nivel Inicial en UCA, autora colección PEALI (Plan estratégico de adquisición de lectura Inicial. Ed. Neuroaprendizajeinfantil) y directora de GNOSISKIDS by NEDUTEC. Creadora del videojuego KIKI en equilibrio.

 

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